Pillos en Fuga: Locatarios del Mercado Héroes del 47 Hacen Justicia a la Mexicana

¡Agárrense los sombreros y ajusten los bigotes, porque aquí les traigo el chisme del día, compadres! En el bullicioso mercado municipal Héroes del 47, ubicado en la colonia La Rivera de Tuxpan, se armó un relajo de aquellos.

Resulta que los honrados locatarios, ¡sí, esos que te venden las naranjas más jugosas y los chiles más picosos!, decidieron hacer justicia por mano propia. ¡Ahí nomás, compadres! Amarraron a un jovencito que, según dicen, andaba haciendo de las suyas, ¡como esos gatos que se meten a robar el pescado!

Fue la tarde-noche de este miércoles cuando la feria se armó. ¡Ay, mi madre! El mercado estaba más movido que una gallina en corral ajeno. Los valientes locatarios, con sus mandiles y canastos en la mano, decidieron correr tras este pícaro muchacho y sus dos compinches. ¡A la caza de los malandrines!

Imagínense la escena, compadres. Ahí va el pobre muchacho, ¡atado a un poste como si fuera el héroe de una película de vaqueros! Los pies y las manos bien amarrados, como regalo de cumpleaños mal envuelto. Y mientras tanto, los otros dos pillos dieron el escurridizo salto de la rana. ¡Volaron, compadres, volaron más rápido que las noticias malas!

Y claro, llegaron los polis, ¡sí señor! Pero no dieron más información que si estuvieran contando chismes de lavadero. Solo dijeron que encontraron al muchacho allí amarrado, pero ni un solo dato de quién es este Robin Hood de pacotilla.

Los locatarios se defendieron diciendo que estos pillos se dedicaban a hacer de las suyas entre los pasillos del mercado. ¡Vaya, vaya! Parece que la feria no solo era de frutas y verduras, sino también de malandrines que querían hacer de las suyas.

Finalmente, dicen que el muchacho solo fue detenido por alborotar el gallinero, pues nadie se animó a presentar una denuncia formal en su contra. ¡Así que, compadres, aquí termina el cuento de mercado y maleantes! ¡A seguir con la vida, que el chisme nunca descansa en la ciudad de Tuxpan! ¡Arre, compadres, arre!