Chisme
¡Agárrense bien los cinturones, amiguitos! Les voy a contar una noticia que parece sacada de una película de acción, pero no, es real como mi tía Chole que siempre dice que la vecina le echa mal de ojo. Resulta que una chava se aventó una maniobra que ni el mismísimo Cheko Pérez se atrevería a hacer.

Resulta que ayer en la noche, la señorita Elena, con sus 40 añitos y vecina de la colonia Franco Cruz Gómez, decidió hacer una vuelta en «U» en el Bulevar Maples Arce. ¡Pero agárrense los sombreros, porque no salió como esperaba!
Su nave, un Nissan March gris con placas YKP545B del estado de Veracruz, terminó dándose un beso apasionado con la banqueta en la calle Salvador Torres de la colonia La Calzada. Parece que la banqueta no estaba de humor para recibir besos, y la pobre Elena terminó con más golpes que una piñata en una fiesta de niños hiperactivos.
Después del desmadre vial, la chava, más mareada que yo cuando intento entender las instrucciones de un manual de electrodomésticos, decidió irse por su cuenta a una clínica para que la arreglaran. Todavía no sabemos qué tan mal quedó, pero imagino que el médico le dirá algo así como «¡Ay, señorita, parece que le dieron una buena sacudida al tamalito!»
Por si fuera poco, llegaron los agentes de Tránsito Municipal a poner orden en el relajo. Gestionaron el traslado del auto al corralón, y ni pa’ qué les cuento las caras que ponían mientras revisaban los daños. Se rumora que uno de ellos exclamó: «¡Esto es más enredado que explicarle a mi suegra cómo funciona el internet!»
Hasta el momento, nadie sabe por qué la buena Elena perdió el control de su carro en esa vuelta en U. Parece que el auto decidió hacer una coreografía improvisada con la banqueta, y ella fue la bailarina principal sin quererlo.
En fin, la moraleja de esta historia es clara: amigos, manejen con precaución, sigan las reglas de tránsito y, sobre todo, eviten dar besos apasionados a las banquetas. La Policía de Tránsito nos recuerda que la seguridad vial es responsabilidad de todos. ¡Hasta aquí el reporte, amiguitos! ¡Que tengan un día más tranquilo que yo intentando recordar dónde puse las llaves del vocho!

