Chisme
¡Ay, compadres y comadres! Les tengo una noticia más movida que una culebra en un nido de ratones. Resulta que en el libramiento Adolfo López Mateos, ¡puñeta!, pasó algo más emocionante que un trompo en un concurso de baile.

Fíjense nomás, la tarde de este jueves pasado, justo frente al fraccionamiento Vista Hermosa, hubo un choque que dejó a todos más volteados que una tortilla en una comal al revés. ¡Vaya lío!
Resulta que un señorito llamado César Agustín Fernández Cayetano, de 66 abriles y vecino de Xalapa, estaba conduciendo su camionetita roja Suzuki tipo Vitara, con placas YFV194A. Pero este buen hombre, que parece que tenía más vueltas que una feria, se le ocurrió hacer una maniobra más enredada que un nudo de agujetas.
El compita Fernández Cayetano, queriendo dar una vuelta de esas que hasta el mismísimo Cervantes no podría entender, se atravesó en el camino de un taxi blanco con rojo, un Nissan Tsuru, número económico 1513, placas A635XFZ. El taxista, un veterano de nombre David Cruz Fajardo, de 58 años y residente en la colonia Lázaro Cárdenas, ¡ni más ni menos!, se topó con la maniobra más chueca que una silla coja.
¿Y qué creen? En el choque, la pasajera del taxi, una tal Luciana Vicencio Nolasco, de 33 años y con casa en el Fraccionamiento Petrópolis, terminó más zarandeada que una piñata en una fiesta de niños hiperactivos.
Pero aguas, aguas, ¡no se me asusten! Aunque el choque estuvo más ruidoso que una caja de zapatos llena de maracas, las autoridades de Tránsito Municipal aseguran que solo hubo daños materiales. Eso sí, los carros, la Suzuki y el taxi, ¡a chambear al corralón como burro en feria!
Las autoridades, que son más herméticas que un frasco de mermelada, no dieron muchos detalles, pero nos mandan un mensajito claro: ¡a respetar las reglas de tránsito y a manejar con más cuidado que un malabarista con platos de porcelana! ¡Ahí se ven, compas!

