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Chisme

¡Agárrense de las orejas, amiguitos, que les tengo una noticia que les va a dejar el corazón arrugadito como una empanada mal doblada! Resulta que en la colonia Rafael Murillo Vidal de Tuxpan, en la calle Amado Nervo, la vida se puso más triste que un pato en una lluvia sin paraguas.

Ene 27, 2024 | Chismes

En plena madrugada, cuando el silencio se paseaba por las calles como un gato furtivo, la señora María Angelina, de 71 añitos, fue sorprendida por la parca en su camita. ¡Ay, mi madre! La familia, más triste que un tigre sin rayas, llamó a las autoridades para que hicieran lo suyo.

Cuentan los parientes que María Angelina venía luchando desde hacía tiempo con la diabetes, un enemigo astuto que se la llevó de encuentro. Pero aquí viene lo más trágico de todo, mis compadres, resulta que la falta de feria no dejó que la señora recibiera el tratamiento adecuado. ¡Vaya injusticia, caray!

La familia, con el corazón hecho añicos, hizo sonar las sirenas de la tragedia al 911 cuando la señora ya se había ido de paseo al más allá. Y, claro, esperaron a que el sol saliera para contarle a las autoridades que la señora María Angelina se nos había adelantado en el camino hacia las estrellas.

Se armó un relajo, ¿eh? Policías municipales y hasta la Fuerza Civil aparecieron en la calle Amado Nervo, como hormiguitas en un panal de tristeza. Pidieron la intervención de la Fiscalía General de Estado para destapar el misterio detrás de esta partida tan inesperada.

Los detectives, o sea, los peritos criminalistas y los policías ministeriales, hicieron su chamba y concluyeron que la señora María Angelina se nos fue, pero sin violencia de por medio. Menos mal que no fue una historia de crimen, porque ya estábamos en un melodrama mexicano completo.

Así que, amigos, aunque la noticia nos dejó el corazón como piñata rota, al menos la familia de la señora María Angelina puedo seguir con los trámites para darle su descanso final. Una vida que se apagó en silencio, dejando un agujero gigante en el alma de quienes tuvieron el gusto de conocerla. ¡Que descanse en paz, María Angelina, y que el cielo te reciba con un taquito de carnitas bien picosito!

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