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Rosa María Convertida en Ring de Lucha: Tres Vehículos se Encueran en Tremendo Choque
¡Ave María, mis chavos! Aquí, en la Rosa María de Tuxpan, se armó el desmadre de la historia. ¡Agárrense los calzones, porque el beso de tres en la avenida Francisco Sarabia con la Ignacio de la Llave dejó más escombros que una piñata en una fiesta de cumpleaños!
Resulta que una camionetita Jeep, roja como una sandía madura en pleno verano, decidió salir corriendo de la calle Ignacio de la Llave sin avisarle ni madres al coche Nissan Datsun, que iba tan tranquilo como un perrito que va a su cita con el veterinario. ¡Zas! Se dieron un besito de esos que te dejan chiflando la cucaracha.
Pero eso no fue todo, mis cuates. Porque el Datsun, después de ese beso apasionado, salió volando como un cohete y se fue a chocar con un Chevy que estaba ahí, como diciendo: «Yo nomás estaba pasando a saludar, ¿qué pedo?» ¡Y así, en un dos por tres, se armó la carnita asada automovilística!
Lo que no me explico es que, a pesar de que quedaron más chocados que un celular sin batería, los choferes de esos hierros retorcidos dijeron: «No, señor, aquí no necesitamos a las autoridades. Nosotros solitos nos zampamos el chile». ¡Ah, qué valientes!
Las placas y las matrículas estaban bailando salsa en medio del pavimento, pero la gente se negaba a que las autoridades se metieran en este tremendo chongo. ¡Como si estuvieran jugando al escondite y no quisieran que los encuentren!
Las autoridades, pobrecitas, están más confundidas que pulpo en un garach. No entienden por qué estos conductores no quieren que se haga la limpia de culpas y que se saque el pañuelo blanco de la rendición. ¡Pero así es la vida, mis amigos! A veces, el asunto se pone más enredado que una madeja de lana en manos de un gato con insomnio.
Total, que aquí estamos, esperando a ver qué pasa con este carambolazo de tres, mientras los choferes siguen con su postura de «¡No queremos autoridades, queremos resolverlo a la antigüita!» ¡Ándale, qué joyas de la vialidad! ¡Nos vemos en la siguiente curva de la noticia, cuates! ¡Ahí nos vemos, como diría el filósofo de la esquina!