¡Ay, mira nomás lo que pasó, mi buen! Resulta que este miércoles en la carretera Tuxpan-Tamiahua, ¡pues se armó un zafarrancho del tamaño de un taco de carnitas en feria! Un camión materialista, de esos que cargan cosas y materiales, se puso más bravo que una jarra de chiles en vinagre y se metió en un lío de mamalón.

Todo empezó en el tramo El Salto – La Laja de Colomán. Un camión ¡agarró como pista de aterrizaje la carretera y chocó contra una pipa que llevaba agua más potable que la plática de mi tía Chole! Pa’ colmo, también se llevó de encuentro a una camioneta Mitsubishi L200 blanca, placa XL9745B. ¡Ya te imaginarás el relajo!

Ahí quedó todo patas arriba, como cuando mi vecina doña Cuchi Cuchi trata de enseñar inglés a su perico. La pipa quedó más cruzada que un guion de telenovela, y los autos quedaron como tortillas en comal. ¡No veas la que se armó!

Eso sí, que aunque la carretera quedó como mercado en domingo, gracias a San Pendejo, no hubo nadie herido. ¡Qué alivio, compadre! Porque si no, más de uno se hubiera quedado con el cuerpo como acordeón de grupero.

Ahí llegaron los rescatistas y los de Tránsito Municipal, con su uniforme imponente, a hacer sus chambas. Cerraron la carretera, pusieron señales y comenzaron a trabajar como abejas en primavera, pero sin tanto zumbido. ¡Todo por restablecer el orden vial!

Después de unas horas de mecate cortado y trapeada intensiva, por fin se quitó el trancazo y la gente pudo seguir su camino. Los carros afectados, pa’l corralón, que ya sabes, ¡tienen que cumplir sus horas de arresto!

Lo que sí, hay que tener cuidado, mi buen, porque la carretera no es pista de carreras. Así que mejor maneja con calma y sin andar de acróbata en bicicleta, ¡que luego pasan estas cosas!

Ahí están las autoridades investigando, a ver qué cuentan sobre el operador del camión materialista. ¡A cruzar los dedos para que no sea un caso de pérdida de brújula mental al volante! Mientras tanto, que los afectados hagan sus trámites, que ya sabemos que eso es como hacer malabares con pelotas de fuego.

En fin, mi buen, que esto nos deja la moraleja de que en la carretera, más vale prevenir que tener que explicarle a la suegra por qué llegaste tarde. ¡Así que pilas, compadre, y a manejar con juicio!