¡Achis achis los mariachis, mi buen vecino! Les cuento que ayer se armó un zafarrancho tremendo en el centro de Tuxpan. ¡Chanfle, fue un incendio de aúpa! Resulta que una vela, sí, una inocente vela, desató toda una emergencia en una casa de la calle Xicoténcatl.

Imagínense nomás, la colonia Centro parecía un hervidero de bomberos y rescatistas, ¡cómo para ponerse a temblar! ¿Y por qué tanto alboroto? Pues resulta que una vela, la muy astuta ella, decidió jugar al domino y terminó cayendo sobre un colchón, ¡ándele! De pronto, el lugar parecía más candente que sartén de frijoles.

Según los chismosos policías, el dueño de la casa, Alberto N., y su señora, Lidia N., se aventaron al ruedo para intentar sacar el colchón del peligro. ¡Ay, agarraron el toro por los cuernos, pero se llevaron el susto de sus vidas! Resulta que las llamas les jugaron una mala pasada y los chamuscaron en las manos. ¡Órale, que no es broma!

Pues los pobrecitos fueron llevados de urgencia al Hospital IMSS-Bienestar, ¡ni más ni menos! ¡Chancludos, con quemaduras en las manitas! Pero eso no es todo, mis cuates, los valientes bomberos y los defensores de la civilidad de Protección Civil tuvieron que echar mano de sus trucos para apagar el fuego.

Menos mal que lograron sofocar las llamas y, como quien dice, calmaron el borlote. Además, no se rajaron en darle sus recomendaciones a los dueños para que no se les vuelva a prender la mecha en el futuro. ¡A huevo, hay que andar con cuidado con las velitas, que no son juguete!

Y así, entre chisporroteos y correrías, terminó este drama de novela, donde una vela, sin querer queriendo, desató todo un incendio de aquellos. ¡Caray, que no nos pase lo mismo, compadres! ¡A cuidar las velas como si fueran la joya de la abuela, pa’ que no nos agarren con las manos en la masa! ¡Viva Tuxpan, con sus chismes y sus flamazos!