Chisme
¡Ay, ay, ay! ¡Se armó el tremendo zafarrancho en pleno corazón de la ciudad! Resulta que el buen Jonathan Armando Márquez, manejando su Chevrolet Optra rojo, ¡soltó el volante como quien suelta el taco en la pista de baile! Y claro, el Optra, en lugar de seguir el paso de baile, decidió hacer un giro a la izquierda ¡sin avisar!
Fíjense nomás, el Chevy Optra se fue de paseo y terminó chocando contra un Mazda CX30 que estaba tan tranquilito estacionado. Sí, sí, como esos pasitos de baile que nadie espera y terminan en un pisotón.
Ahora, el Mazda, que ni pintaba en este baile, quedó con más abolladuras que una cubeta de pozo. Pero no se preocupen, el dueño del Mazda no estaba en el auto, ¡quizá se fue a comprar unas tortillas a la Morsa y le tocó bailar el huapango sin darse cuenta!
¡Imagínense la escena! Cristales rotos, piezas de carros por todos lados, y la gente en la calle gritando «¡Ay, Virgen de Guadalupe, protégenos de los carros chocones bailarines!»
Pero oigan, que no cunda el pánico, porque aunque la situación estuvo más movida que una rueda de salsa, nadie salió herido. ¡Menos mal! Los paramédicos revisaron al conductor, pero parece que todo está bien, ¡ni una torcedura en el tobillo!
Eso sí, la policía de tránsito está haciendo su chamba para descubrir por qué el Optra decidió hacer un número de baile sin previo aviso. Parece que se les fue el paso y ahora toca la investigación.
Así que ya saben, amigos conductores, tengan cuidado al darle rienda suelta al volante, ¡no vaya a ser que terminemos todos bailando la cumbia de los seguros y las multas! ¡Hasta la próxima, charalitos!