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Chisme

¡Extra, extra! ¡Les cuento, les cuento, mi gente! ¡Agárrense bien los calzones que la noticia que les traigo es más movida que maratón de pulgas en una pata coja! Resulta que el sábado, a eso de las 10 de la noche, en la esquina de Fausto Vega Santander y Colombia Colonia Centro, se armó un relajo monumental. ¡Ajúa!

Resulta que una tal Araceli del Ángel Zuñiga, manejando su Trailblazer gris del año de la chuleta, se le ocurrió hacerle cosquillitas a una bicicleta de montaña negra que estaba siendo piloteada por un tal Raúl Bautista Gutiérrez. ¡Pero aguas! No era una guerra de cosquillitas amistosa, fue un encontronazo que hasta las hormiguitas salieron corriendo.

Parece ser que Araceli se aventó un tiro de película y decidió invadir la circulación preferente, ¡y zas!, se topó con la bicicleta de Raúl. La escena era digna de película mexicana, pero sin los mariachis y con menos drama.

En eso llegaron los héroes de la Cruz Ámbar, esos que salvan vidas como si fueran Superman con ambulancia. ¡Fueron más rápidos que un chisme en vecindad! Atendieron a Raúl, que estaba hecho un bulto de dolores y heridas. Y claro, pa’ no variar, se lo llevaron volando al Hospital Militar, ¡pa’ que le metan su buena curita!

La poli, que también es de reacción rápida, apareció en el lugar de los hechos como cucarachas a la luz. ¡Detuvieron a Araceli en el acto! Y ahora la pobrecita está siendo investigada por andar violando las leyes de tránsito. ¡Ay, Araceli, por qué metiste la pata!

Las autoridades están dando sermones sobre la importancia de respetar las reglas de tráfico, pero pues ya ven que siempre hay quienes se creen Mario Kart en la vida real. ¡Auch!

La comunidad, por su parte, está más triste que changuito sin plátano. Todos están con el corazón en la mano, mandando buenas vibras a la familia de Raúl y cruzando los dedos pa’ que se recupere pronto. ¡Eso es solidaridad, compadres!

En fin, mi gente, esta noticia nos deja la lección de siempre: no sean como Araceli, respeten las señales y no jueguen carreras en la vida real. ¡Cuidado en las calles, que no estamos en la pista de carreras, sino en el circo de la vida! ¡Hasta aquí, reportando desde el asfalto, su fiel reportera, Doña Chona Chicharrona! ¡Ahí nos vidrios!

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