¡Aguas con el pantano en la Base Naval Aérea «Fausto Vega Santander», mi gente bonita de Tuxpan! Resulta que los vecinos, en un mensaje que enviaron como paloma mensajera al buzón de los Chismes de su servidora, están más preocupados que pulpo en garage con la situación que están viviendo durante las lluvias.
Resulta que en las áreas bajas del terreno del aeropuerto, el agua se quedó ahí estancadita, ¡y ahora parece que estamos en la película del monstruo de la laguna triste! Un pantano se formó con aguas negras que más parecen café de olla recalentado, o como les dice el Webmaster: Caldito de pedo. Y eso no es lo peor, amig@s chismos@s, porque ese lugar se convirtió en el Airbnb favorito de los mosquitos, hierbas descontroladas y hasta víboras coralillo. ¡No, manches, qué miedo!
La cosa se pone seria, porque eso no es un simple inconveniente de temporada, ¡no señor! Resulta que los pozos de agua de algunos vecinos se están viendo afectados por esa charca mal oliente. Y claro, la gente está más asustada que cucaracha en tienda de insecticidas, porque la salud de la comunidad está en juego.
¡Pero agárrense, porque los vecinos no están dispuestos a quedarse cruzados de brazos! Están armando un oficio bien formalito con las firmas de todos los afectados, más fotos y videos como prueba de que no están contando cuentos chinos. Quieren que las autoridades tomen cartas en el asunto, ¡y rápido!
«¡Es un tema de salud!», gritan los vecinos, y no están jugando. Piden a las autoridades que se pongan las pilas y arreglen este desastre antes de que la cosa se ponga más fea que un bote de frijoles con cebolla en pleno verano.
Así que, autoridades, ya escucharon el llamado de auxilio de la raza. Los vecinos esperan que dejen de hacerse los occisos y se pongan las pilas para solucionar este problema de salud pública. Y si no, ¡les van a caer con todo, como tromba en tianguis de paraguas!
La comunidad está esperando que esto se resuelva pronto y bien, porque aquí nadie quiere vivir en el pantano del terror. Y pues, yo estaré al pendiente, como plomero en baño ajeno, para contarles lo que vaya pasando. ¡Hasta la próxima, mi gente, y cuídense de los mosquitos y las víboras!