Chisme
¡Ay, mira nada más lo que pasó en el mero centro de Tuxpan, mi buen! Resulta que un pillo, más listo que una ardilla en un libro de matemáticas, se aventó un asalto en el famoso OXXO de «La Presidencia». ¡Sí, ahí donde hasta los pájaros saludan al presidente municipal cuando pasan volando!
Imagínate tú, el sujeto entró al OXXO como si nada, caminando como si estuviera yendo a una fiesta de gallinas. Pero no, no era para eso, era pa’ robar. El tipo se hizo pasar por un cliente, se puso su mejor cara de «yo solo quiero unas papitas» y cuando menos te esperas, saca una pistola imaginaria (porque de verdad no sé si traía pistola, pero me imagino que sí, ¿no?) y ¡zas!, todos en el OXXO temblando como gelatina en una licuadora.
Se llevó hasta el dinero de las propinas, el muy bandido. Sí, eso y todo lo que había en la caja registradora, que para el ladrón, era como encontrar un tesoro en el fondo de una olla de frijoles. Agarró también productos de la tienda, como si estuviera haciendo la despensa del mes, pero sin pagar. ¡Qué listo!
Ahí viene lo mejor, mi compadre. Aparecieron los polis como hormigas cuando les tiras azúcar. Corrieron más rápido que cucarachas cuando ven la luz. Pero, ¿sabes qué pasó? El maleante se voló más rápido que un chisme en vecindad. ¡Se esfumó! Y ahora, nadie sabe pa’ dónde se fue. Es como buscar una aguja en un pajar, pero peor.
Los habitantes de Tuxpan están más nerviosos que pulpo en garage. Piden más seguridad, y yo estoy de acuerdo, ¡pero que no se les olvide también ponerle candado al sentido común, por si acaso!
Las autoridades andan buscando al bandido, pero mientras tanto, el OXXO ya está poniendo trampas más complicadas que un laberinto en una película de suspenso. ¡A ver quién se atreve a robar ahí ahora! ¡Qué tiempos, mi amigo! ¡Hasta parece película de Cantinflas, pero sin los chistes!