¡Pues tengo que confesarlo porque mi pecho no es bodega! Ese día nos fuimos de peda, con mi comadre y dos amigas, cuando en plena fiesta un chacalón se le acercó a mis amigas que para invitarles el bajón en el 303, mis amigas sin nada que perder le aceptaron la salida, cual fue la sorpresa cuando saliendo de la cantina se enteraron que el individuo era mototortillero, pero ni modo, ya estaban ahí, yo me enteré hasta la mañana de lo que pasó después, ya cuando fui por mis tacos de borrego para la cruda.
Pues resulta que mientras mis amigas pidieron que su tampiqueña o que sus camarones a la mexicana con enchiladas, notaron como el pachi empezaba a ponerse nervioso, terminando de comer, se fueron rápido, ellas creen que porque el dueño de la moto le habló para que regresara la moto, que era de su trabajo y ni pagó la cuenta, que oso, como dicen los pipirisnais, al final la vergüenza fue para mis amigas, que terminaron yendo a medio día a pagar su cena después de que hasta las quemaron en chisme tuxpeño.
¡Ni modo! Así es la vida últimamente, no puede uno tirarse un pedo porque luego luego hasta le sacan foto y lo ponen en chisme…
¡hay se ven!