¡Ay, ay, ay, queridos chismositos, agárrense porque esto está que arde! En el mismísimo corazón de Tuxpan, Veracruz, la madrugada de este domingo, a eso de las 3:10 de la mañana, ¡se armó un tremendo zafarrancho!

Y el protagonista no es nada más y nada menos que nuestro conocido Toretto –sí, así como lo oyen–, o bueno, Héctor Miguel, un joven de 27 añitos, vecino de Puente Don Diego, que se creyó en una película de Rápidos y Furiosos y desató el caos en la angostísima avenida Juárez, esa callecita del centro que, ¡vamos!, no es precisamente una pista de carreras.

Resulta que este muchacho, al volante de un Dodge Avenger blanco, modelo 2008, con placas YMH717B, iba a mil por hora –¡a exceso de velocidad, claro está!– en una vía donde apenas y caben dos carros. ¡Qué barbaridad! Y como era de esperarse, perdió el control y, ¡pum!, se estampó de lleno contra un pobre Chevrolet Spark rojo, con placas YMH093, cuyo dueño, por cierto, anda en el anonimato, porque nadie sabe quién es. ¡Un misterio más para la novela!

El choque fue de película, mis amores, con fierros retorcidos y el susto de los vecinos que a esa hora  estaban libando al dios Baco por ahí. Pero, gracias al cielo, no hubo heridos, ¡ni un rasguño! Eso sí, los daños materiales están para llorarle al seguro. Los de Tránsito Municipal y la policía llegaron volando para poner orden en ese desmadre, abanderando la zona y tomando nota de todo, porque esta historia no se queda así. Ahora las autoridades están investigando a fondo para que Toretto, o mejor dicho, Héctor Miguel, rinda cuentas por creerse piloto de Fórmula 1 en una calle que de hecho es de pueblo.

Y es que, ¿quién se cree este joven para andar acelerando como loco en el centro de Tuxpan? Avenida Juárez no es el set de Hollywood, ¡por favor! Así que, señores conductores, pónganse las pilas, manejen con cuidado y déjense de carreras, que la vida no es un videojuego. ¿Qué les parece, mis queridos? ¡Esto está para no creerse! Pendientes, que aquí en Chisme Tuxpeño les seguiremos contando todos los detalles jugosos de este escándalo tuxpeño. ¡No se despeguen!